sábado, 23 de julio de 2016

Vainilla y sándalo



De vuelta al país rebelde, donde los romanos se encontraron con una aldea irreductible.
No sé qué echarían en su poción, pero he visto que muchas galas y galos no se dejan someter, cueste lo que cueste: un ojo, una mano, o cualquier otra lesión de menor o mayor gravedad.
Vuelvo, cual pupila, para ver si se me pega algo de su genio y determinación para la lucha y la defensa de sus derechos. No quieren ser esclavas-os.
Se quieren libres e iguales.

La derecha acecha por toda Europa y el resto del mundo.
La NuitDebout, Jean-Luc Mélenchon y la France Insoumise, mantienen mi ilusión y mi esperanza en la Europa en la que creí crecer, que me vendieron y que compré.
Una Europa solidaria, para todos los seres humanos. Y no la pienso devolver.
Lloro por Calais.
Y por la España que no eligió el PP de la corrupción ...

Siento alivio al volver a un país En Pie, insumiso, en el que la radio no para de hablar de las manis y de pelis proyectadas en la NuitDebout: Merci, Patron y Demain.

Un olor a jabón de vainilla entre mis dedos se cuela en mi nariz y me recuerda todo el cariño que me has regalado en estos días y noches.
Cada caricia, cada achuchón, cada mordisco juguetón, cada escalada y estallido de placer, cada imagen cristalizada, de una belleza indescriptible y tus bromas, que me hacen reír a solas al recibir la visita de todas estas impresiones.
No, no me pienso chivar a los padres de los menores afganos y sudaneses que vienen solos, de su fuga.
Me voy a chivar a todo el mundo de lo que no hace ni el Gobierno de Francia ni de Inglaterra para protegerlos de la esclavitud sexual y de la mutilación para el tráfico de órganos, por no hablar de la violencia policial y política, en general.

Soñar con tu piel y pasar horas enchufadas, cuerpo a cuerpo.
Llegar al país y experimentar una recarga inmediata de amor de amigas-os y amante.
Y recuerdo a las afganas en el Centro Extraoficial de Mujeres y Niñas-os que no tienen novios y menos amantes, sino maridos por acuerdo entre familias, preguntándole a una inglesa por qué ella y muchas jóvenes y bellas europeas no tienen marido.
A lo que responde: I don't like husbands!

¡Me dan tanta risa esas diferencias culturales tan chocantes para ambas partes!
Caras de incredulidad que rompen en carcajadas y deseo de comprender a la otra.
¡Muy entretenido!

Y me traigo una maleta llena de cariño de mis vecinas y familia para Calais.
El aroma del aceite de sándalo que derramé sobre tí sigue impregnando mi pelo mientras entro en esta tierra de lavanda y hierbas provenzales. Aromas que se entremezclan con emociones voladoras y experiencias, que marcan y colorean estas historias para siempre.

En mi cerebro quedas registrado con olor a vainilla y sándalo.